lunes, 22 de junio de 2015

Guatemala: entre la corrupción y la impunidad

GUATEMALA: entre la corrupción y la impunidad. Publicado el 22/6/15. Diario La República ( Uruguay) Desde nuestros artículos en La República hemos seguido la crítica situación que vive Guatemala frente a la corrupción generalizada de su gobierno, desde fines de abril Frente a las denuncias de corrupción que se constataron, lo que llevó hasta la renuncia de Baldetti ( Vice Presidenta de Guatemala) , creyeron que con dicha acción el pueblo se iba a contentar y detener sus movilizaciones. En primera instancia los pronunciamientos contra el gobierno de Otto Pérez Molina fueron variados y de distintos actores, entre los que se contaban las cámaras empresariales, algunos sectores del ejército ( minoritario), la propia embajada de los EE UU, diputados de la oposición entre otros. Pero a medida que las movilizaciones populares fueron en aumento, el poder político comenzó a observar que la situación se podía volver contra toda la “institucionalidad”, entonces comenzaron a reacomodarse en sus posiciones. Frente a la exigencia de que Otto Pérez Molina debe de renunciar y enjuiciarse por sus hechos y responsabilidades en todo este narco – estado, como ya muchos analistas se animan a caracterizarlo, la cuestión cambió. Desde la propia embajada gringa, las cámaras empresariales, sectores mayoritarios del ejército comienzan a delinear un mensaje claro que deja traslucir su verdadero temor a que la crisis sigua profundizándose y nadie pueda controlar la situación. Esto los lleva a decir que hay que esperar las elecciones del 6 de septiembre, para que todo vuelva a normalizarse y que Otto debe de continuar en su cargo, hasta dicha fecha. Es decir que hoy colocan a Otto como supuesta garantía de que las cosas no salgan de sus causes “normales”, dentro de la institucionalidad. Por su parte el movimiento social y contestatario sigue en aumento, con movilizaciones masivas y la preocupación mayor de la burguesía nativa y el imperio es que se comienza a levantar la consigna de Asamblea Constituyente, que haga posible una verdadera reforma del Estado. Aquí estriba la preocupación de los poderosos de Guatemala, cómplices durante años de toda la corrupción y la debacle que hoy se instala con claridad frente a los ojos del pueblo. Hoy los pronunciamientos de los pueblos originarios, campesinos, estudiantes, sectores de la clase media, sindicatos exigen ir a más y no conformarse con la idea de que todo se arreglará a partir de las elecciones del 6 de septiembre. La preocupación se ahonda aún más cuando en su país lindero Honduras, al igual que en Guatemala , se comienzan a movilizar grandes contingentes de gente contra el gobierno de Juan Orlando Hernández. Ello debido a que también se desenmascaró una maniobra fraudulenta con los dineros del Instituto de Seguridad Social, miles y miles de dólares que pasaron a financiar gran parte de la campaña electoral de Juan Orlando. Dos caras de la misma moneda que ponen en jaque a ambos gobiernos de ultra derecha de la región Centroamericana. Pasar de la lucha contra la corrupción a categorías políticas de mayor envergadura, es el gran desafío que tienen por delante hoy, tanto el pueblo Hondureño como el Guatemalteco. Ambos gobiernos por su parte, hoy no ofrecen garantía alguna de estabilidad institucional, por tanto una gran interrogante se abre en el futuro de estos países. Una vez más se constata que las cámaras empresariales de dichos países, pueden hablar de institucionalidad democrática en tanto y cuanto puedan dominar y controlar al Estado en cuestión, para defender sus intereses. Todo el clamor de transparencia y democracia de ellos se termina, cuando los pueblos comienzan a tomar el control de la situación y se alzan como autoridad política frente a su gente. Gustavo González

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