martes, 12 de agosto de 2014

Los chistes de Rosaura ( El Salvador).

Los chistes de Rosaura en Acovicupa ( Cooperativa de Vivienda Cuna de la Paz) La Palma ( El Salvador). Salimos tempranito por la mañana desde San Salvador, para ir rumbo a La Palma, ese hermoso pueblito de Chalatenango, donde la vida está llena de colores. Y los colores no solamente se deben a su majestuosa naturaleza montañosa. Sucedió que en 1970 , Fernando LLort artista joven que se radica en el Municipio, encuentra como materia prima para sus trabajos la semilla de copinol, lo extendió a sus pobladores y hoy prácticamente el pueblo vive de sus talleres artesanales. Las piezas elaboradas tiene colores fulgurantes que le dan un toque particular a todo el entorno, en el mismo además se pueden ver excelentes murales que reflejan en su gran mayoría escenas de la vida cotidiana. La Palma fue el escenario donde la guerrilla ya en 1984 comienza lo que luego serían los llamados acuerdos de paz, que dio por concluida la guerra civil de El Salvador. La cita era en el terreno recién adquirido por las Cooperativas Acovicupa y Acoviamet, en realidad llegamos más temprano de la hora prevista, aunque ya algunos cooperativstas estaban esperándonos bajo la champita artesanal y al aire libre construida para sus reuniones. Entre ellos se encontraba Rosaura , una compañera que al decir de ella tuvo la dicha de cumplir ya cuatro veces 15 años. Una humorista excepcional, es difícil encontrar en el pueblo Salvadoreño una persona tan extrovertida como ella, no es fácil.. No paraba de contarnos chistes, uno tras otro, a cual de todos ellos nos hacían reír más a carcajadas. Hasta que cambiamos el tema y Rosaura me cuenta de su huída a Honduras después de la ofensiva, sí esa mujer de 60 años, parece que los años no hubieran pasado y comenzó a recordar su tiempo guerrillero con orgullo y entereza. Tantas Rosauras tiene este pueblo que los libros no las nombran, pero fueron parte sustantiva de su historia heroica y combativa. Hoy Rosaura es una Cooperativista más, entre todas las familias de Acovicupa, pero al hablar sus ojos le brillan el mismo entusiasmo y alegría como si fuera ayer, cuando había entendido que el futuro de su pueblo pasaba por internarse en la montaña. Luego con el frescor de la brisa de la montaña que acariciaba nuestros rostros y despeinaba nuestros cabellos, hablamos de los pasos a seguir, del plan de acción para que pronto se comiencen los primeros trabajos de las obras. Las compañeras de FESCOVAM que nos acompañaron hicieron un encendido llamado a la lucha junto a la Federación, por lo que aún se debe conquistar. Nos volvimos como siempre llenos de esperanza, porque no tengo dudas que en la “cuna de la paz”, seguirán muchas Rosauras con su mochila cargada de esperanzas y sueños que aún restan por cumplirse. Gustavo 12/8/14.

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