Con fecha 23 de octubre se aprobó en la República Bolivariana de Venezuela la denominada ley de Tierras urbanas, la misma es un gran avance que favorecerá sin dudas a los sectores populares que luchan por la vivienda digna.
Pero ya se hicieron sentir furibundas críticas por parte de connotados Directivos de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela. Tanto Francisco Neri como Aquiles Martini han arremetido contra dos aspectos medulares de la ley.
Por un lado dicen que esta ley atenta contra la magnánima propiedad privada, Objetivamente así lo es, esta ley evitará al latifundio urbano seguir manteniendo durante años las llamadas tierras de “engorde” apropiándose del esfuerzo del conjunto de la sociedad que llevará los servicios , permitiendo al latifundista urbano sin invertir nada apropiarse de la plusvalía generada.
Por otra parte parecen ahora preocuparse pos los pobres y dicen “ que la ley no favorecerá a la gente humilde porque las tierras expropiadas por el Estado serán entregadas en uso y goce y no en propiedad”.también esto es cierto, lo que demuestra que una vez más se enfrentan dos concepciones, los que creen que la tierra es mercancía y los que creemos que la tierra es un derecho para vivir dignamente, sin lucrar de ella.
Dependerá en gran medida de los Movimientos sociales urbanos la custodia de esta ley para que la misma se lleve adelante satisfactoriamente y se avance efectivamente en el derecho a la vivienda.
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