lunes, 19 de enero de 2015

El lugar de los encuentros, la ciudad

El lugar de los encuentros, la ciudad. Publicado en Diario La República (Uruguay 14/1/15). Como reza el título de este artículo, hoy me referiré justamente a los lugares de encuentro de la propia gente, que existen y hay que potenciar en la ciudad. En un Foro del cual participé hace un tiempo, el Director de Planeamiento de la ciudad de Londres decía “ la mercadería más importante que se intercambia en una ciudad es la conversación, la información cara a cara, la murmuración… En consecuencia las ciudades no pueden perder sus bares, sus restaurantes” Le agrego sus boliches, la esquina, el club del barrio ese que se gesta con la propia gente, con una impresionante militancia y voluntariado social y no me refiero a los llamados “clubes grandes”. Concretamente reivindico al club de barrio, el que junta a las pibas y los pibes, el que intenta desarrollar deporte amateur, de los cuales hay muchos aún por suerte en Montevideo, pero en franca decadencia, sin ningún tipo de apoyo o si lo hay es mínimo. Porque estos clubes son parte de la ciudad y es la parte sana, la que junta a la gente, la que se preocupa por la barriada, la que además genera memoria colectiva. No es precisamente la llamada ciudad fragmentada, despilfarradora, socialmente segregada, económicamente poco productiva, culturalmente miserable y políticamente ingobernable. Montevideo tiene la impresionante posibilidad de ser efectivamente una extraordinaria ciudad en la medida que efectivamente se comience a discutir un proyecto de ciudad o se vuelva a discutir con las mismas ganas que en el 90. Hay que apuntar a tener una ciudad que optimice las oportunidades de contacto, la que apueste por la diferenciación y la mixtura funcional y social, la que multiplica los espacios de encuentro. La ciudad la decide su espacio público, que es el lugar de intercambio por excelencia, pero es también donde más se manifiesta la crisis de la ciudad. Los viejos clubes de barrio a veces sin saberlo, justamente garantizan el encuentro, la preocupación de generar un espacio común a mucha gente, padres, niños, abuelas abuelos, hermanas, hermanos. Es momento de pensar desde las Intendencias en ellos, es momento de saber que la ciudad la fue construyendo la propia gente en forma anónima, simple y sencillamente. Y el club de este tipo forma también al ciudadano, de allí la importancia de que sea muy tenido en cuenta este tipo de organizaciones. En el pleno desarrollo del derecho a la ciudad, podrían jugar un rol mucho más destacado si les apoyamos y les facilitamos potenciando ese voluntariado, que generó a lo largo de los años, gimnasios, canchas de volley, basket, fútbol , salones de fiestas. Una impresionante infraestructura que la gozaron miles de Montevideanos a lo largo de los años, podríamos hacer una lista interminable de Clubes que verdaderamente formaron generaciones enteras. Para ello tanto la Intendencia, como otros organismos del Estado deberán coordinar acciones concretas que como dije permitan potenciar lo que ya hizo la gente y lo que puede hacer aún, si comenzamos a ver la ciudad desde esta perspectiva. La recolección de residuos, la seguridad, el descongestionamiento del tránsito, no la podemos seguir viendo en compartimentos estancos, separados, sin ver la globalidad y una nueva visión de ciudad. Hemos perdido el “encuentro” hay que recuperarlo en forma urgente estamos a tiempo, ello educa, socializa, nos acerca en definitiva hay que pensar la ciudad educativa. Hoy me referí a los clubes de barrio, pero hay muchos más espacios ya existentes que hay que reivindicar, estudiarlos, ver en qué condiciones hoy se encuentran para reflotar lo mejor de estos espacios. Llegaremos al espacio público si juntamos las buenas experiencias de muchos pequeños espacios, entre ellos los clubes de barrio. Gustavo González ( Analista).

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