En la actualidad en el ambiente viviendista de America latina, se está hablando, profundizando y debatiendo mucho acerca del tema “ciudad”. Desde distintos ángulos se está analizando el tema y en general se coloca como un debate de corte progresista.
Me animo a decir además que muchos Movimientos Sociales Urbanos colocan el tema en su agenda y plataforma, como un elemento central de sus reclamos.
Bueno es decirlo que el mismo está muy imbuido de análisis que tiene que ver con netos cortes de carácter fundamentalmente académico.
Me preocupa que hablemos de “ciudad inclusiva”, “ciudad democrática” “ciudad de todas y todos” si no vamos a uno de los ejes centrales que hace a la segregación espacial más brutal de nuestras ciudades, como lo es el problema del suelo urbano.
Allí está el problema central, si no atacamos este tema, lo demás que se hable de la ciudad no es más que ilusiones inalcanzables y podemos caer en el error de llevar a dar una batalla a los Movimientos sin ninguna perspectiva real de triunfo.
Los barrios de nuestras ciudades, están formados por el precio del suelo, porque éste se coloca como mercancía y no como un derecho fundamental de todos los terrícolas.
Por lo tanto la Colonia Escalón en San Salvador, la Recoleta o Palermo en Buenos Aires, Carrasco en Montevideo , es decir los barrios habitados por la burguesía tienen que ver con el tema del suelo urbano y su precio , hasta a el mar le ponen precio , sin saber aún quien efectivamente lo compró.
Por lo tanto es inviable pensar en una “ciudad democrática” si no existe una lucha fundamental por el acceso al suelo como bien de uso y no de cambio.
Este es el camino de lucha que deben de emprender los Movimientos Urbanos, la lucha por el suelo urbano. Si no se resuelve ello, podremos hacer mil lucubraciones teóricas sobre la ciudad ideal, pero será un camino sin salida.
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