La devastadora acción del modelo neoliberal, ocasionó sin dudas golpes muy duros a las organizaciones tradicionales de los sectores populares, esto fue la moneda corriente durante más de los últimos treinta años en todos los países de nuestro Continente. Fue así que se generó un debilitamiento grande en los distintos movimientos sindicales.
El cierre de fábricas masivas como se produjo en varios de nuestros países, las nuevas condiciones impuestas en la legislación laboral, trajo aparejado el debilitamiento al que hacemos referencia.
Esto generó un crecimiento abrupto de la denominada economía informal, objetivamente de algo había y hay que vivir y por ende los ayer trabajadores y trabajadoras llamadas formales engrosaron las filas de la informalidad.
Pero se llevaron consigo toda una experiencia, acumulada en sus sindicatos, estas organizaciones que los educaron dejaron ese rico legado.
Y fueron a seguir luchando por mejores condiciones de vida, pero ya en otras organizaciones, al buen decir de un compañero piquetero argentino “antes ocupábamos las fábricas ahora las carreteras”.es así que en los últimos veinte años hemos visto el surgir de los denominados nuevos Movimientos Sociales, dentro de ellos los Urbanos, con excepciones de los que venían de antes como el caso uruguayo de Fucvam.
De esta forma hoy está mucho más diversificado el número de organizaciones, dando un número grande de organizaciones, de lucha por el agua, contra las minerías, por servicios esenciales y así podríamos hacer una larga lista.
Podemos decir entonces que son nuevos, incipientes y sus características son su diversidad, su poco apego a la organización y necesaria disciplina, su debilidad ideológica, su fragilidad económica. Pero no por ello dejan de ser fundamentales y han generado acciones masivas, de gran alcance.
Están llamados a cumplir un rol histórico muy importante por ende la gran tarea pasa por el fortalecimiento ideológico y organizacional de cada una de las organizaciones.
Pero ello es imposible que sea alcanzado si no hay formación, si no se le dá una importancia capital a la formación de la gente, sean estos dirigentes o de base.
En particular tanto la vivienda como el hábitat puede agrupar a muchas de las problemáticas que hoy han llevado a disgregar esfuerzos en muchas organizaciones.. Hay que hacer un gran esfuerzo para lograr sintetizar esto en organizaciones realmente representativas, que permitan un mayor desarrollo en su capacidad de propuesta frente a los distintos tópicos de la situación.
Por lo tanto las organizaciones de vivienda y hábitat son un muy buen referente en el cual el desafío es fortalecerlas, apoyando sus intercambios que sirvan para unir las mejores prácticas, para que en la propia práctica se vaya avanzando y haciendo la mejor síntesis, es una de las tareas fundamentales de la actual coyuntura.No desperdigar esfuerzos, unir y fortalecer, es lo unico que permite efectivamente avances considerables.
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