Después de días de caminar entre las montañas y carreteras del país distintos contingentes se aproximan a Tegucigalpa y San Pedro Sula , reclamando la caída de la dictadura. El movimiento Social Hondureño está dando una clara muestra de dignidad inquebrantable, a pesar de todas las maniobras dilatorias que desde distintas tiendas pretenden desmoralizar a la resistencia.
El país no funciona, reconocido esto por los propios golpistas , un verdadero ejército de mujeres y hombres luchan por la restauración democrática del país.
Dependerá en gran medida del desenlace de esta lucha dada por el pueblo Hondureño si este ensayo de neogolpismo prosperará o no y marcará en gran medida los próximos tiempos que se avecinan en America Latina.
Por ello hoy todas y todos somos Hondureños.
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