Editado en el Diario La República ( Uruguay,24/10/11).
No encontré mejor forma de explicarle a los lectores, qué sucede con los llamados desastres naturales en esta parte de nuestra sufrida América, que transcribiendo el correo recibido el sábado 15 de este mes, enviado por un gran compañero Salvadoreño, tratando de darme aviso del panorama que me encontraría al llegar a este país el domingo 16.
“ Te escribo para comentarte que El Salvador, como casi todo Centroamérica estamos literalmente bajo el agua; estamos en emergencia enfrentando una tormenta desde el domingo 9 pasado, no ha parado de llover, por el contrario, entró una nueva tormenta que se ha quedado estacionaria en la zona y le dió continuidad a la primera que pasó de largo hacia Guatemala y México. Los resultados están siendo desastrosos:
1) Las clases en las escuelas de todo el país están suspendidas hasta nuevo aviso, se suponía que se reanudaban el día de mañana, pero pronostican que seguirá lloviendo hasta el miércoles 19.
2) Las inundaciones son severas, incluso se han caído puentes, ejemplo el que está en al frontera la Hachadura (frontera El Salvador - Guatemala) se llevó la carretera unos cincuenta metros, no hay paso. Tampoco hay paso hacia Sonsonate, pues en la ciudad de Ateos también se cayó otro puente. En la otra frontera con Guatemala, en las Chinamas hay también problemas por el desplome de una pedrera cercana a la frontera. Esto está afectando el comercio de productos alimenticios de Guatemala para El Salvador lo que está haciendo que se escaseen y se encarezcan los precios.
3) Muchas calles están bloqueadas por derrumbes, pues los suelos están super saturados de agua, se esperan más derrumbes en las próximas horas; ahorita no hay paso para el puerto de La Libertad, ni por la calle nueva que va desde San Salvador a Santa Ana vía Quezaltepeque - Opico, entre otros.
4) Las zonas bajas del litoral, o sea, por la costa están completamente inundadas, sólo se pasa con vehículo de doble tracción; y en las zonas altas hay cualquier cantidad de derrumbes.
5) Las cooperativas no han sufrido problemas, pero hay tres familias (por ahora) de los nuevos grupos que se van a constituir como Cooperativas el próximo viernes 28 de octubre que perdieron todo porque el río cercano donde viven (En San Jacinto, San Salvador) se desbordó. La Cooperativa 13 de Enero se ha ofrecido como una alternativa de apoyo para dar refugio a familias de comunidades vecinas afectadas.
6) Las lluvias continúan sin parar, por ratos son fuertes y con fuertes vientos y por ratos son débiles, pero sin parar; los últimos reportes de fallecidos acaba de llegar a 24 y miles de damnificados”
Efectivamente tal y como lo describía el compañero en su mail, encontré a El Salvador a mi llegada. Pero al desgarrador relato que viven miles de personas en toda la región Centroamericana, merece reflexiones que nos permitan ver el fondo del problema.
Y es que cuando se habla de “políticas de riesgo” hay que tener claro que el mayor riesgo es ser pobre, porque los muertos y damnificados en un 99% son los sectores más modestos de las poblaciones. En esta región la desigualdad es de las mayores del Continente, las remesas esa suerte de dinero que las familias que pueden pasar la “muralla” para llegar al “sueño americano”, logran enviar a sus familiares se han visto seriamente afectadas por la crisis global. El problema de los desastres naturales tiene que ver con el sistema capitalista cada día más irracional. La naturaleza como un todo y al margen de nosotros no nos daña, son los intereses económicos los que siguen dañando a la naturaleza y ella responde con alteraciones que todos sufrimos. Pero cuidado, no todos de la misma manera, los llamados desastres naturales tienen en su inmensa mayoría a los pobres del mundo su blanco predilecto. Y esto no es porque la naturaleza así lo desee, sino que es allí donde está la llamada vulnerabilidad, en los sin techo, sin educación, sin salud, es decir en la inmensa mayoría de la población explotada del mundo capitalista.
Por lo tanto los que hoy son más solidarios con los damnificados Centroamericanos son “los indignados”, esos hombres y mujeres que se movilizaron el 15 de octubre en más de 900 ciudades del mundo, porque la hora lo exige, el mundo debe de cambiar.
Gustavo González ( Analista), desde El Salvador.
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