domingo, 13 de febrero de 2011

Africa nos convoca

AFRICA NOS CONVOCA.

(Publicado en el diario La República, Uruguay el 13/2/11)

(Aclaración, el artículo fue publicado hoy por razones de espacio, pero elaborado el 7 de febrero)


Los acontecimientos que se están desarrollando en varios países de África y fundamentalmente en Túnez y Egipto, nos convocan a analizar estos procesos en profundidad y a comprometernos con los mismos. Ello porque no solamente conmueven a los países en cuestión , sino al conjunto del planeta ya que es parte de la crisis global sin precedentes en los últimos años.
Cuando nadie lo pronosticaba o por lo menos muy poco se hablaba de la revuelta popular de Túnez contra el dictador Ben Alí y que tienen al borde del abismo en Egipto a Mubarack, las mismas lejos de detenerse, se riegan por otros países de la región. Esta situación preocupan y mucho a EE.UU, la Unión Europea e Israel, nada más y nada menos.
Tengamos en cuenta que en particular Egipto es uno de los puntos neurálgicos del mundo árabe y musulmán, la movilización del pueblo Egipcio está en el corazón mismo del conflicto árabe- israelí, pero como si fuera poco, el núcleo central del petróleo mundial está en esa zona y tienen el control del canal de Suez.
De allí que Obama está monitoreando minuto a minuto lo que suceda en Egipto y junto a Israel manifiesta públicamente que no puede caer Mubarack “si no hay una transición ordenada”.
Lo preocupante no es la caída del dictador de turno, lo preocupante es que se pierda el control político en la zona que garantizaba “la paz de medio oriente”, cuestión trascendental para los intereses americanos e israelitas.
Esta situación está desnudando con claridad, que todos los dictadores que durante años gobiernan despóticamente a estos pueblos, servían, sirven y fueron fuertemente financiados por el Departamento de Estado americano, para defender a los intereses del imperialismo y todos sus aliados.
En realidad el contenido de los reclamos de la gente tanto en Túnez como en Egipto, son de carácter esencialmente democráticos, libertades, freno a la corrupción, fin de la represión política a cualquier tipo de oposición. En estos levantamientos no se está planteando la caída del sistema capitalista ni nada que se les parezca, sin embargo la preocupación demostrada por la UE, los EE UU pareciese que así fuera.
Porque en realidad lo que está en el fondo de la cuestión, es que se les dispara en plena crisis económica, una brutal crisis política, en el eje geopolítico del petróleo del mundo.
Otro aspecto muy importante es que las masas no reivindican para nada el extremismo islámico, muy por el contrario, sus movilizaciones son pacíficas y multitudinarias, es más, tienen hasta un sano respeto con sus ejércitos, hasta se podría decir que pecan de inocencia política.
Estos elementos no son menores, porque en realidad independientemente de los reclamos democráticos, el estallido social está producido además, porque en los últimos años se agudizó en esos países la crisis general, el desempleo, salarios deprimidos, una juventud sin perspectiva de ningún tipo, cuestión que no se podrá satisfacer fácilmente con el primer gobierno de turno. Porque cuando Obama habla de “transición ordenada”, quiere decir con claridad que no se puede ir Mubarack, si no existe el recambio político que garantice sus intereses.
Otro factor de preocupación es que la situación cada día se polariza más en la región, por lo tanto no se puede demorar el poner fin a la misma.
La descomposición política en estos países se seguirá agudizando y la experiencia recorrida por la gente en este periodo de intensas movilizaciones, deja como saldo una experiencia que puede ser repetible con otro gobierno que no satisfaga sus necesidades más inmediatas, lo cual es altamente preocupante para Obama y sus aliados.
El impacto por tanto de la situación política desplegada ya está teniendo impacto en la economía mundial, lo cual lejos de disipar la crisis la agudizará. Una región que parecía estar controlada, se les va de las manos y aunque no lo parezca es mucho más preocupante que el extremismo islámico para el gobierno de Obama y sus aliados, ya que la caída de estos regímenes cuentan con la simpatía de la mayoría de la población mundial, no así el extremismo irracional.
Las imágenes que llegan desde Egipto demuestran que no importan los muertos, los heridos, el saqueo hasta que no se garantice el recambio político que devuelva “la tranquilidad” al tránsito del petróleo en el canal de Suéz.
No hay duda que Mubarak tiene sus días contados, pero antes de irse tiene que estar garantizada “la paz del medio oriente”. De lo contrario los que dicen “defender el régimen democrático mundial”, prefieren al viejo conocido y no al nuevo por conocer.
Aunque éste sea una dictadura atroz y la agonía de la misma hasta su caída, siga cobrando vidas de hombres y mujeres que luchan en forma consecuente, por las más elementales garantías democráticas.

Gustavo González ( Analista)