MOMENTO HISTÓRICO DE LA VIVIENDA
El tema de la vivienda sin lugar a dudas está en el debate de varios actores que como tales tiene intereses y objetivos distintos a alcanzar.
En un artículo anterior me referí concretamente al tema presupuestal en sí , porque con poesía no se hacen viviendas , sino con política real y concreta , donde la economía manda y la lucha por la torta presupuestal en este caso , llevará consigo lucha de intereses de clases. De un lado estarán los pulpos de las grandes empresas constructoras, los promotores privados, la banca privada y del otro los cooperativistas de vivienda, los trabajadores, los sin vivienda y los que alquilan vivienda pero se encuentran en serias dificultades económicas para mantenerlas.
En definitiva nada nuevo descubrimos, la lucha de clases existe y las “unidades nacionales” se tornan complejas cuando los de abajo se dan cuenta que el agua con el aceite no se juntan.
En particular me referiré que pareciese que existe un tema tabú en la polémica que es el del suelo urbano, el de la tierra con servicios para construir, obviamente tabú para los latifundistas urbanos que sí los hay, que han dado más valor a sus tierras porque durante años las dejan pastoreando hasta que llega el esfuerzo del conjunto de la sociedad llevando los servicios ( luz, agua, saneamiento, transporte etc) y el capitalista apropiándose de ello eleva el precio de la tierra.
Esta forma de generar ganancias la logran los mismos que defienden a ultranza el derecho a la propiedad privada del suelo, anteponiendo sus intereses a un interés superior que es el de tener “apenas un lugar donde vivir” en esta tierra que por condición de terrícolas algún lugarcito nos pertenece.
El derecho a la “necesidad” como lo argumentó FUCVAM en el año 89 debe de estar por delante del derecho privado a un suelo que es un bien inelástico de la humanidad porque, la tierra es la que hay, no crece ni se reproduce.
Entonces un primer aspecto que el Parlamento debe de hacer es que debe de derogar la nefasta ley que aprobaron en la legislatura anterior que criminaliza las ocupaciones de tierra, porque las mismas se dan por no satisfacer lo que anteriormente decimos el derecho a la necesidad que tenemos como terrícolas. No se contrarresta el problema con represión sino con solución. Y la solución pasa en gran medida porque el Estado cuente con una Cartera de Tierras.
Para ello en forma inmediata que se declaren al Ministerio de Vivienda primeramente todos los terrenos del Estado, es decir el de todos los ministerios incluido el de Defensa que tiene muchas, muchas tierras ociosas.
Que se implemente un impuesto sobre el valor predial y se castigue jurídicamente a las tierras ociosas privadas. Única forma de constituir efectivamente una cartera de Tierras a nivel Nacional.
El problema de la vivienda sin financiación estatal que permita el crédito y el subsidio y sin tierras incluidas en el mismo, sin tomar medidas al respecto no se puede ni intentar comenzar a resolverlo.
Los instrumentos para lograr estos avances existen, el tema de siempre es la verdadera voluntad política de desencadenar este proceso.
Para ello el tema es central hay que definir si se concibe a la tierra y la vivienda como un derecho o como una mera mercancía.
Gustavo González.Analista ( Publicado en editorial del diario La República Uruguay)
viernes, 24 de septiembre de 2010
domingo, 12 de septiembre de 2010
Uruguay:Consideraciones acerca del nuevo presupuesto de vivienda
CONSIDERACIONES SOBRE EL PRESUPUESTO DE VIVIENDA
Opté por no escribir en mis artículos publicados en La República sobre vivienda desde el mes de abril y ello debido a que estoy convencido que las verdaderas políticas se hacen con la aprobación del presupuesto nacional. Tanto en un artículo publicado el 6 de abril y otro el 22 de abril me referí sobre algunas cuestiones que debería de contemplar la política de vivienda del actual gobierno pero aún no abordaba el tema con los números sobre la mesa como se dice vulgarmente.
Desde que el debate se abrió sobre el presupuesto los distintos medios de prensa nos informan sobre el mismo, donde cabe destacar que parecería que la vivienda va a tener una consideración especial. La intención de este humilde análisis que realizaré tiene dos objetivos que espero se entiendan. Por un lado dar posición, preocupado ya que veo que la derecha está aplaudiendo lo que supuestamente se realizará en vivienda y me preocupa porque de no hacerse las cosas bien, cobrarán fuertemente cuando llegue su momento político los errores del actual gobierno. Y por otra parte veo que efectivamente se puedan estar generando expectativas que no se puedan cumplir, porque los números efectivamente no lleguen.
Es un error manejar datos del presupuesto por la prensa y peor aún si vienen de voceros del gobierno en dólares, esto primeramente porque el presupuesto es en pesos y así lo votará el Poder Legislativo, además puede llevar a errores graves porque como se sabe toda moneda, aún el dólar tiene variaciones o al alta o a la baja. Además al hablar de moneda nos referimos a qué se compra con ello, entonces en este caso el otro elemento que interviene es la inflación.
Si tenemos en cuenta por ejemplo que a enero del 2005 el dólar estaba a 25.50 pesos y en enero de este año 19.59 se observará rápidamente que por ejemplo los 500 millones del presupuesto anterior en pesos eran 12.750 y los 900 millones actuales en pesos son 17.630, por lo tanto cuidado con sacar porcentaje de aumentos en una moneda o en otra, el lector observará que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Hay que ver y considerar como se debe de hacer, que es por donde andaba y anda hoy el costo del metro cuadrado de construcción y el valor de la Unidad Reajustable ( moneda clave en vivienda y para vivienda).
Pero este análisis se hace más preocupante si se tiene en cuenta que el costo de construcción aumentó más que el incremento de los fondos en pesos corrientes, porque esto quiere decir que se puede construir menos, con los 900: U$S de 2010, que con los 500: de U$S de 2005.
Si pasáramos los números a millones de UR: los 12.750 millones de pesos de 2005, con la UR a 249,27, equivalen a 51,1 millones de UR, mientras que los 17.630 millones de pesos de 2010, con la UR a 434,65 equivalen a 40,6 millones de UR, una disminución del 20,5%. Todo esto seguramente debe de tener respuesta desearía estar equivocado, porque de no tenerse en cuenta estas variables seguramente no se colmen las expectativas que a diario los necesitados de vivienda se hacen.
Por otra parte se habla mucho de la supuesta inversión privada , en todas partes del mundo el 90% de la inversión privada no contempla efectivamente a los sectores sociales que se encuentran dentro del déficit habitacional de ningún país, tampoco en el nuestro, tener ilusiones de que esto se fuera a dar en el Uruguay son eso, solo ilusiones.
Al otro aspecto que se le da relevancia en el presupuesto se refiere a las viviendas llamadas para “pobres”, aunque deberíamos hablar de “empobrecidos” porque nadie nace queriendo ser pobre. En este campo mucho se realizó en varios países del Continente y ninguno con éxito, absolutamente ninguno, solo han servido para seguir dejando a la gente en el mismo lugar que se reproduce la pobreza, porque el sin techo , no es solo sin techo es “sin nada” producto del sistema capitalista despiadado que a diario mata y excluye gente.
El gran urbanista y arquitecto uruguayo ya fallecido Juan Pablo Terra en una de sus intervenciones en el Parlamento Nacional cuando era senador por el Frente Amplio decía sobre este tema “ hay sobre este tema mucho que indagar, que desentrañar, muchísimo que comprender. Necesitamos saber cómo, saber por qué, saber explicar y saber resolver, más allá del gran esquema de interpretación político social, que es indispensable pero no suficiente. No basta haber entendido que el Cantegril y la Callampa son manifestaciones de un orden social inhumano, a enjuiciar y modificar como un todo. Hay que comprender en detalle y en profundidad, tanto para hacer algo eficaz hoy como para construir mañana estructuras nuevas que no produzcan los mismos o similares efectos”
Lo que en aquel entonces planteaba Juan Pablo Terra debatiendo sobre la ley 13728 ( ley nacional de vivienda) considero que debe de ser muy tenido en cuenta, más en un país que tiene sin ninguna duda el orgullo de contar con el modelo del cooperativismo de vivienda por ayuda mutua hoy ejemplo en varios países de nuestro Continente, Porque bueno es decirlo el lector y mucho menos este gobierno no creerá lo que con una ligereza brutal hace pocos días dijo un representante de los Promotores Privados que el gran déficit en el que cayó el Banco Hipotecario del Uruguay ( BHU) otrora fue porque los cooperativistas no pagaron. Una mentira repetida mil veces se puede tornar en verdad. O nos olvidamos que más de un expresidente del BHU terminaron tras las rejas, a partir de que con fondos del BHU se construían viviendas en Punta del Este. O nos olvidamos del “pozo negro” del Ministerio de Economía cuando la crisis del 2000 que se llevó millones del Fondo Nacional de Vivienda.
La vivienda Cooperativa demostró lo largo de toda su lucha invertir de la mejor forma en viviendas realmente dignas, debería el gobierno institucionalizar en realidad este sistema “made in clase obrera uruguaya”.
Para que inventar si ya tenemos mucho realizado, mejor ajustemos números en pesos no en dólares, y demos a la gente una herramienta autogestionaria que permite que los barrios a treinta años de estar construidos, parecen haber sido inaugurados ayer.
Con esto de ninguna manera estoy planteando que todo el presupuesto apueste solo a una alternativa, pero sí digo que las que han funcionado hay que potenciarlas, si hay que hacer ajustes que se hagan, porque los inventos pueden salir muy caros, más que económicamente políticamente.
Publicado en el diario La República de Uruguay ( editorial 12/9/10
Opté por no escribir en mis artículos publicados en La República sobre vivienda desde el mes de abril y ello debido a que estoy convencido que las verdaderas políticas se hacen con la aprobación del presupuesto nacional. Tanto en un artículo publicado el 6 de abril y otro el 22 de abril me referí sobre algunas cuestiones que debería de contemplar la política de vivienda del actual gobierno pero aún no abordaba el tema con los números sobre la mesa como se dice vulgarmente.
Desde que el debate se abrió sobre el presupuesto los distintos medios de prensa nos informan sobre el mismo, donde cabe destacar que parecería que la vivienda va a tener una consideración especial. La intención de este humilde análisis que realizaré tiene dos objetivos que espero se entiendan. Por un lado dar posición, preocupado ya que veo que la derecha está aplaudiendo lo que supuestamente se realizará en vivienda y me preocupa porque de no hacerse las cosas bien, cobrarán fuertemente cuando llegue su momento político los errores del actual gobierno. Y por otra parte veo que efectivamente se puedan estar generando expectativas que no se puedan cumplir, porque los números efectivamente no lleguen.
Es un error manejar datos del presupuesto por la prensa y peor aún si vienen de voceros del gobierno en dólares, esto primeramente porque el presupuesto es en pesos y así lo votará el Poder Legislativo, además puede llevar a errores graves porque como se sabe toda moneda, aún el dólar tiene variaciones o al alta o a la baja. Además al hablar de moneda nos referimos a qué se compra con ello, entonces en este caso el otro elemento que interviene es la inflación.
Si tenemos en cuenta por ejemplo que a enero del 2005 el dólar estaba a 25.50 pesos y en enero de este año 19.59 se observará rápidamente que por ejemplo los 500 millones del presupuesto anterior en pesos eran 12.750 y los 900 millones actuales en pesos son 17.630, por lo tanto cuidado con sacar porcentaje de aumentos en una moneda o en otra, el lector observará que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Hay que ver y considerar como se debe de hacer, que es por donde andaba y anda hoy el costo del metro cuadrado de construcción y el valor de la Unidad Reajustable ( moneda clave en vivienda y para vivienda).
Pero este análisis se hace más preocupante si se tiene en cuenta que el costo de construcción aumentó más que el incremento de los fondos en pesos corrientes, porque esto quiere decir que se puede construir menos, con los 900: U$S de 2010, que con los 500: de U$S de 2005.
Si pasáramos los números a millones de UR: los 12.750 millones de pesos de 2005, con la UR a 249,27, equivalen a 51,1 millones de UR, mientras que los 17.630 millones de pesos de 2010, con la UR a 434,65 equivalen a 40,6 millones de UR, una disminución del 20,5%. Todo esto seguramente debe de tener respuesta desearía estar equivocado, porque de no tenerse en cuenta estas variables seguramente no se colmen las expectativas que a diario los necesitados de vivienda se hacen.
Por otra parte se habla mucho de la supuesta inversión privada , en todas partes del mundo el 90% de la inversión privada no contempla efectivamente a los sectores sociales que se encuentran dentro del déficit habitacional de ningún país, tampoco en el nuestro, tener ilusiones de que esto se fuera a dar en el Uruguay son eso, solo ilusiones.
Al otro aspecto que se le da relevancia en el presupuesto se refiere a las viviendas llamadas para “pobres”, aunque deberíamos hablar de “empobrecidos” porque nadie nace queriendo ser pobre. En este campo mucho se realizó en varios países del Continente y ninguno con éxito, absolutamente ninguno, solo han servido para seguir dejando a la gente en el mismo lugar que se reproduce la pobreza, porque el sin techo , no es solo sin techo es “sin nada” producto del sistema capitalista despiadado que a diario mata y excluye gente.
El gran urbanista y arquitecto uruguayo ya fallecido Juan Pablo Terra en una de sus intervenciones en el Parlamento Nacional cuando era senador por el Frente Amplio decía sobre este tema “ hay sobre este tema mucho que indagar, que desentrañar, muchísimo que comprender. Necesitamos saber cómo, saber por qué, saber explicar y saber resolver, más allá del gran esquema de interpretación político social, que es indispensable pero no suficiente. No basta haber entendido que el Cantegril y la Callampa son manifestaciones de un orden social inhumano, a enjuiciar y modificar como un todo. Hay que comprender en detalle y en profundidad, tanto para hacer algo eficaz hoy como para construir mañana estructuras nuevas que no produzcan los mismos o similares efectos”
Lo que en aquel entonces planteaba Juan Pablo Terra debatiendo sobre la ley 13728 ( ley nacional de vivienda) considero que debe de ser muy tenido en cuenta, más en un país que tiene sin ninguna duda el orgullo de contar con el modelo del cooperativismo de vivienda por ayuda mutua hoy ejemplo en varios países de nuestro Continente, Porque bueno es decirlo el lector y mucho menos este gobierno no creerá lo que con una ligereza brutal hace pocos días dijo un representante de los Promotores Privados que el gran déficit en el que cayó el Banco Hipotecario del Uruguay ( BHU) otrora fue porque los cooperativistas no pagaron. Una mentira repetida mil veces se puede tornar en verdad. O nos olvidamos que más de un expresidente del BHU terminaron tras las rejas, a partir de que con fondos del BHU se construían viviendas en Punta del Este. O nos olvidamos del “pozo negro” del Ministerio de Economía cuando la crisis del 2000 que se llevó millones del Fondo Nacional de Vivienda.
La vivienda Cooperativa demostró lo largo de toda su lucha invertir de la mejor forma en viviendas realmente dignas, debería el gobierno institucionalizar en realidad este sistema “made in clase obrera uruguaya”.
Para que inventar si ya tenemos mucho realizado, mejor ajustemos números en pesos no en dólares, y demos a la gente una herramienta autogestionaria que permite que los barrios a treinta años de estar construidos, parecen haber sido inaugurados ayer.
Con esto de ninguna manera estoy planteando que todo el presupuesto apueste solo a una alternativa, pero sí digo que las que han funcionado hay que potenciarlas, si hay que hacer ajustes que se hagan, porque los inventos pueden salir muy caros, más que económicamente políticamente.
Publicado en el diario La República de Uruguay ( editorial 12/9/10
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